Ciudad de México, a 06 de abril de
2018
LIC. DAVID ROGELIO COLMENARES PÁRAMO
Distinguido Auditor
Superior de la Federación,
Como ciudadano, servidor público de carrera y un
auditor profesional de los 41 aspirantes al cargo de Auditor Superior de la
Federación, al que usted ha sido merecedor recientemente, me mueve mi sentido
de responsabilización pública para abrir y proponer a usted y a nuestra
sociedad Estado lo siguiente:
- Primero, expresarle una sincera felicitación y desearle mucho éxito y satisfacciones en esas importantes funciones. Estoy cierto que la Auditoría Superior de la Federación (ASF), visto su reforzamiento constitucional a partir del Decreto Anticorrupción (27-05-2015), reconocida su experiencia y propuestas desde su entrevista en el proceso de designación (04-12-2017), y las oportunidades que brinda el 2018 bajo nuevos liderazgos y políticas públicas, es una institución que puede y debe servir más, no solo para superar el flagelo y estigma de la corrupción que tanto nos cuesta y lastima (entre 2 y 9% del PIB), sino para construir el buen gobierno, la administración pública y la fiscalización de avanzada que México reclama y se merece ya. Ello es, una legítima aspiración, elemental, tras casi dos siglos de nuestro primer constituyente y país independiente.
- Segundo, poner a su disposición el resultado de una profunda investigación doctoral intitulada “Auditoría al desempeño gubernamental en México, a la luz del Sistema Nacional Anticorrupción”, cuya tesis mereció el Segundo Lugar del “Premio INAP XLI” de 2017, y la publicación respectiva que se divulgará próximamente por el Instituto Nacional de Administración Pública, pero que comenzó desde el 2009, precisamente, como una legítima aspiración ciudadana y profesional.
Se
trata de un estudio comparado de las mejores prácticas sobre la constitución,
organización y gestión de la fiscalización en el mundo, poniendo especial
atención en la auditoría de desempeño. A partir de un espacio muestral focalizado
en las instancias que integran el nuevo Sistema Nacional Anticorrupción” (SNA),
se busca demostrar la importancia de adecuar nuestras organizaciones públicas a
la realidad social de nuestro tiempo, comenzando por la propia casa: las
instancias que integran el SNA, las cuales, contra su naturaleza funcional para
actuar con el ejemplo, evidencian las mismas oportunidades de optimización de
recursos que son comunes y que tienen un enorme impacto en el costo de nuestra
administración pública nacional, casi el doble de la media del indicador entre
los países de la OECD.
En un país donde la mitad de la población está muy resentida
por la pobreza, la inseguridad, la injusticia y la impunidad, la respuesta
sobre qué hacer contra la corrupción, más que en estructuras administrativas repetitivas,
organizaciones verticales con excesivos mandos medios y superiores respecto a
las fuerzas de operación disponibles, o multiplicar más las instituciones para
garantizar el derecho a la información, la rendición y la fiscalización de
cuentas, radica en comenzar por combatir la omisión, la inacción e insuficiencia de una administración
que pierde más al amparo de la legalidad, es decir, a partir de transformar ciertas normas y formas
de gestión pública y de control gubernamental; principalmente, en la propia
ASF, las entidades de fiscalización externa y los órganos internos de control, donde
existen enormes oportunidades dado su diseño constitucional, organización y
procedimientos de operación.
En suma, aspira
a optimizar además de fiscalizar la administración pública. Transitar de la
auditoría con enfoque al cumplimento y de legalidad, que se ajustan más
al señalamiento y la acusación reiterada de la irregularidad, a las auditorías
de gestión integral y la
investigación minuciosa de amplio alcance. Privilegiar la calidad, la
selectividad, el seguimiento y el acompañamiento fiscalizador sobre la cantidad
de auditorías y el control tradicional de las cuentas. Aprovechar las
tecnologías de la información y la ventaja competitiva, única de la auditoría,
de acceder al campo mismo de operación de las organizaciones para identificar
las causas raíz de las
faltas y, en su caso, que los
hallazgos no solo se asesoren y corrijan en el seguimiento de la auditoría,
sino que surtan efecto de rectificación o mejora en operaciones similares en
todo el gobierno. Más aún, realizar una función consultiva y constructiva que
facilite la implementación, hasta su completa ejecución, de las políticas
públicas nacionales, iniciando por lograr, ya, una contabilidad gubernamental
única para toda la República.
A T E N T A M E N T E
DR. JERÓNIMO JESÚS SALINAS GARCÍA